Por Juan Carlos Claret Pool
Colegio de Abogados de Osorno
La Justicia es una virtud que no es natural, precisa de un esfuerzo humano. Históricamente, a ese esfuerzo le hemos llamado Estado, y que este cumpla su función equilibrando y no desnivelando la balanza, es lo que está en juego en la Convención Constitucional. La columna anterior la dediqué a profundizar aquello.
En esta ocasión, quisiera desarrollar un tema que va de la mano y tiene que ver con la utilidad que presta una carta fundamental.
Sucede que una Constitución “constituye” la política, de ahí su nombre. Es decir, diseña instituciones que permiten el juego democrático, donde los jugadores tienen claro sus roles y límites. Si lo comparamos con un partido de fútbol, el rayado de cancha es la Constitución, de tal forma que entrega libertad a sus jugadores para que se luzcan dentro de ella, pero si se extralimitan saliendo de la cancha, se está fuera del juego.
De esta manera, excesivas reglas no hacen sino sofocar a los jugadores impidiendo que el juego se desarrolle, quitándole interés al rol que estos desempeñan en los acontecimientos. Dicho de otro modo, una Constitución maximalista arriesga hacerle a la política lo mismo que el VAR al fútbol. Los constituyentes parecen no advertir esto cuando ya van en más de 300 artículos aprobados.
Por otra parte, ausencia de un rayado de cancha o que estas se inclinen en favor de un equipo, desaniman el interés en lo que sucede ahí, pues el resultado ya se conoce antes que comience el juego. Este es precisamente el mayor problema de la Constitución vigente, pues da lo mismo tener o no mayorías parlamentarias, si al final los cambios necesarios son declarados fuera del juego, o sea, inconstitucionales.
No digo que alcanzar un equilibrio sea fácil, pero sí está claro que de cara al plebiscito de septiembre, a ambos equipos les falta mirar el juego completo. A la convención aún le queda tiempo, aunque poco. Finalmente, una Constitución también sirve para limitar el poder, pero es un asunto a tratar en una próxima columna.
Publicada: 30 de abril de 2022 en el Diario Austral de Osorno